A mitad de camino entre Osorno y Herrera de Pisuerga, en la Nacional 611, nos encontramos esta población cuya iglesia parroquial, dedicada a San Martín conserva el ábside románico semicircular y la portada, también románica.
En el siglo XVIII sufrió importantes reformas que le hicieron perder su traza primitiva y se elevó la altura del ábside. Bajo el alero se conservan algunos canecillos sin decoración alguna y en el centro, entre dos columnas añadidas con posterioridad una ventana de medio punto formado por dos arquivoltas decoradas. El conjunto se apoya sobre capiteles muy desgastados. La portada tiene arco apuntado y formado por dos arquivoltas sin decoración alguna.
En el siglo XVIII sufrió importantes reformas que le hicieron perder su traza primitiva y se elevó la altura del ábside. Bajo el alero se conservan algunos canecillos sin decoración alguna y en el centro, entre dos columnas añadidas con posterioridad una ventana de medio punto formado por dos arquivoltas decoradas. El conjunto se apoya sobre capiteles muy desgastados. La portada tiene arco apuntado y formado por dos arquivoltas sin decoración alguna.
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