La localidad
está enclavada en plena comarca de La Peña, en una zona bañada por
el arroyo Cuevas del que parece derivar el nombre del pueblo.
La
ermita se situa sobre un pequeño promontorio o loma próxima a la
carretera que conduce hasta el pueblo. Se trata de una modesta
construcción edificada toda ella en mampostería, salvo la espadaña,
los esquinales y los contrafuertes del exterior de la nave que son de
sillería regular.
Consta de una sola nave rematada en ábside
rectangular, sacristía adosada al lado norte de la capilla mayor y
portada abierta al mediodía. Sobre el muro de los pies se levanta
una sencilla espadaña de una sola tronera y remate recto aunque
todavía se percibe el arranque del primitivo piñón. Los muros se
coronan por una cornisa sustentada por canecillos lisos de nácela,
excepto en el muro sur de la nave.
El acceso al interior se abre
entre dos gruesos contrafuertes, resguardado en origen por lo que
pudo ser un pequeño pórtico del que se conservan dos canes de
piedra que soportarían vigas de madera. La portada está formada por
el arco de ingreso apuntado, decorado con dientes de sierra, seguido
de tres arquivoltas,- la primera de ellas con idéntico motivo y las
otras dos con perfil de nácela, igual que la línea de imposta sobre
la que apoyan. Tanto las jambas más cercanas a la puerta como los
capiteles de las columnillas colocadas entre ellas tienen relieves
muy esquemáticos en los que alternan hojas, grifos, flores,
zarcillos, etc.
(Texto y foto
de Flickr)
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