La ermita de San Felices está entre el caserío y es pequeña, de tan solo doce metros de larga aunque tiene muy parecida planta a la de la parroquia. Es de mampostería, salvo esquinales y vanos. Sólo tiene bóveda la capilla absidal, apuntada. El arco triunfal se apoya sobre jambas sin columnas.
Al exterior, en el muro Este del ábside hay dos canecillos-ménsulas en lo alto de los esquinales. Es ya de época que alcanza bien o sobrepasa el siglo XIII. Son interesantes sus pinturas al fresco y temple del ábside, con temas de la infancia de Cristo, góticas de finales del siglo XV, que han dado nombre a este maestro pintor - el maestro de San Felices – que trabajó también en numerosas iglesias de este norte de Palencia y en otras de Valdeolea, en Cantabria
(Prof. García Guinea)
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